viernes, 5 de marzo de 2010

Familia March de Santa Margarita (Can Verga)

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Los hermanos Carlos y Juan March Delgado junto a su madre y matriarca,
Carmen Delgado Roses,
hoy ya fallecida.


Los March (pronúnciese Marc en castellano) son una saga familiar imprescindible para el conocimiento profundo del siglo XX español. Venidos de una pequeña población mallorquina y de una familia de la pequeña burguesía rural o agraria balear, acabaron siendo parte fundamental de la historia semipública española y, aún a día de hoy, la familia March es uno de los cuatro o cinco patrimonios económicos más importantes del reino.


La saga se inicia con la figura de Juan (Joan) March Estelrich, l´amo en verga, que así se le conocía en su Mallorca natal, nacido a principios de 1855 en Santa Margarita (Santa Margalida en mallorquino-catalán), localidad en la que, según algunas fuentes, los March se establecieron en el siglo XVII en busca de mejores tierras provenientes de la más septentrional población mallorquina de Pollença. Juan March Estelrich se dedicó a negocios agrícolas y al comercio y trato del ganado porcino, si es que no son lo mismo. Casó en 1876 con Maciana Ordinas Pastor. Tuvieron dos hijos, Rosa y Juan. Este Juan, nacido en 1880, sería el fundador del imperio March y, después del general y dictador Francisco Franco, el hombre más importante de España a mediados del siglo XX. De Maciana Ordinas Pastor no conozco más referencias que las de su matrimonio, con lo que suponemos que pertenecía a una familia de extracción humilde de la misma zona donde nació y vivía su marido.


Productode ese matrimonio nació en 1882 Juan March Ordinas. Conocido como "el último pirata del Mediterráneo (al parecer, el apelativo se lo puso el político regionalista catalán Francesc Cambó)", diestro en el manejo del contrabando de tabaco, de alcohol, de armas y de loque se terciara, casó con Leonor Servera Melis (27-10-1887), hija de Bartolomé (Bartomeu) Servera Gili, próspero comerciante de artesanía que acabó desplegando su actividad en el sector de la banca (sería el mayor accionista del Banco Popular de Manacor) y en la política, convirtiéndose en uno de los cabecillas del conservadurismo político de la comarca manacorí. No he podido averiguar el nombre de la madre de Leonor Servera Melis.


Juan March Ordinas fue uno de los hombres más polémicos de su tiempo. Obsesionado con el poder y el dinero desde muy joven, amasó a lo largo de su dilatada vida una de las mayores fortunas del mundo. Hijo como ya hemos visto de un tratante de ganado porcino (oficio poco acorde con un supuesto origen judaico que algunas fuentes achacan a la familia March), se cree que hizo su primer dinero comerciando con dicho ganado y comprando tierras con el dinero adquirido, especialmente en Mallorca, La Mancha y Alicante, que posteriormente parceló y vendió a agricultores de la zona por un precio sensiblemente mayor. Posteriormente entró en el negocio, si puede así decirse, del contrabando al por mayor, especialmente de tabaco. En 1911 consigue el monopolio de la compra-venta de tabaco en todo Marruecos. En 1913 funda una factoría de abonos químicos en Porto Pi (Palma de Mallorca), germen de la futura CAMPSA. En 1916 funda la Compañía Trasatlántica, que también consigue otro monopolio, el del comercio marítimo entre España, las islas Baleares y el norte de África. Es entonces cuando se piensa lo de la política y decide invertir en periódicos que le faciliten la elección enel tradicionalfeudo del ex-presidente del gobierno y opositor suyo Antonio Maura Montaner. En abril de 1923 consigue March Ordinas un escaño de diputado a cortes por Mallorca en las filas de la Izquierda Liberal de don Santiago Alba Bonifaz, probablemente interesado en la inmunidad jurídica que le proporcionaba dicho cargo, y en 1926 funda la Banca March para autofinanciar sus operaciones comerciales sin tener que acudir a entidades externas.


Curioso el caso de March Ordinas, que fue acusado de contrabando durante la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja (se comprobó que hacía negocios proporcionando armamento a los rebeldes rifeños comandados por el jefe Abd-el-Krim) y tuvo que ausentarse debido a la gravedad de los delitos de los que se le acusaba. Cuando adviene la II República sucede lo mismo. Las autoridades republicanas le acusan de colaboración con la Dictadura (¿?) y de contrabando y se le detiene, siendo finalmente encarcelado en junio de 1932, escapándose al año siguiente de la cárcel de Alcalá de Henares tras convencer a su carcelero de que se fuera al extranjero con él. Mientras tanto, había conseguido acta de diputado por Mallorca en 1931 y en 1933. Consiguió, pues deseaba volver a España de su exilio exterior, que su hijo mayor Juan March Servera saliera como diputado nacional por la derecha en las elecciones generales de febrero de 1936, y fue uno de los principales artífices del Golpe de Estado del 18 de julio, consiguiéndole transporte aéreo (el famoso avión inglés Dragon Rapide, negociado en Londres con el dinero de Juan March por mediación de Juan Ignacio Luca de Tena y García de Torres, II marqués de Luca de Tena, director y propietario del diario monárquico conservador ABC, y de su corresponsal en Londres, el malagueño don Luis Bolín Bidwell) que trasladó al general Francisco Franco de Canarias a Tetuán, donde tomó el mando de las fuerzas militares españolas destinadas en el protectorado español de Marruecos. Según algunas fuentes, March Ordinas puso a disposición de los militares rebeldes 600 millones de pesetas (un auténtica fortuna de varios miles de millones de euros si fueran convertidos al día de hoy), aunque la cifra me parece demasiado alta.



Con el éxito del bando alzado y el encumbramiento de la jefatura de Estado del general Franco, Juan March Ordinas olvida sus problemas legales del pasado y se convierte, de forma oficiosa, en el banquero de Franco. Consolida sus negocios, adquiere en 1951 la compañía Barcelona Traction (fue declarada en sospechosa quiebra en 1948), la mayor empresa hidroeléctrica de la península, a precio de saldo (se calcula que pagó entre un 1 y un 5% de su verdadero valor) integrándose en la compañía energética FECSA y haciendo uno de sus mayores negocios. En 1955 funda la prestigiosa Fundación Juan March, situada en Madrid, a la que dota en vida y testamentariamente con cuantiosos fondos. Murió en 1962 en un accidente de coche. Cuando murió, dejó una fortuna de varios miles de millones de pesetas y que estaba considerada como una de las diez más importantes del mundo. De su matrimonio con Leonor Servera Melis nacieron los hermanos Juan y Bartolomé March Servera.



Juan March Servera nació en Santa Margarita en 1906. Se casó en 1934 con Carmen Delgado Roses, hija del capitán de fragata Juan Delgado Otaolarruchi, natural de Sanlúcar de Barrameda (muchas fuentes aseguran que el citado Juan Delgado Otaolarruchi en realidad trabajaba en las factorias de Porto Pi propiedad de March Ordinas), y de doña Antonia Roses Siragusa, natural de Arecibo (Puerto Rico), aunque por su familia paterna procedía de la mallorquina localidad de Soller. Juan March Servera sucedió a su padre tras la muerte de éste al frente del Grupo March, aunque en el testamento paterno gran parte del patrimonio se adjudicaba directamente a los dos hijos varones de éste, Juan y Carlos March Delgado. Juan March Servera tuvo cuatro hijos en total con su mujer: los ya citados Juan y Carlos, y dos hembras, Leonor y Gloria March Delgado. Juan March Servera murió en 1973. Carmen Delgado Roses murió 25 años después de su marido, en 2008.


El otro hijo del fundador del imperio económico, Bartolomé March Servera, nació en 1917. Contrajo matrimonio con doña Mª de los Desamparados Cencillo González-Campo, IV condesa de Pernia, hija del III conde don Manuel Cencillo "de Pineda" y Briones, condado rehabilitado en 1950 por el propio don Manuel (se desconoce y se desconfía del parentesco y derecho de don Manuel Cencillo sobre dicho título nobiliario), e hija de doña María González-Campo y de Cos. Don Manuel Cencillo trabajó en la dirección de la Compañía Transmediterránea, propiedad de su consuegro March Ordinas (caso similar al del suegro de su hermano Juan). Este matrimonio tuvo cuatro hijos: Juan, Manuel, María y Leonor. Bartolomé March Servera murió en 1998, no sin antes fundar la también prestigiosa Fundación Bartolomé March, radicada en Palma de Mallorca. Bartolomé March Servera heredó de su padre únicamente el 16,66% del patrimonio resultante, que le correspondía en conceptode legítima estricta, con lo que cabe deducir que el peso de las dos ramas March dentro del grupo empresarial familiar es muy distinto.



Los actuales cabezas del clan March son Juan y Carlos March Delgado. Juan March Delgado es copresidente de Corporación Financiera Alba, buque insignia económico de la familia, y presidente de la Fundación Juan March. Nació en Palma de Mallorca en 1940, está casado con María Antonia Juan Garau, mallorquina de pura cepa, hija de burgueses del textil establecidos en la capital mallorquina. Tienen cinco hijos. Uno de ellas, Leonor March Juan, casó con el prestigioso cineasta barcelonés Jaime Rosales Fontcuberta. Otro, el mayor de los varones, Juan March Juan, se prepara para sustituir a su padre cuando la familia lo necesite.


El otro miembro de la diarquía que comanda los intereses del Grupo March es Carlos March Delgado, nacido también en Palma pero cinco años después de su hermano mayor. Está casado con la aristócrata sevillana Concepción de la Lastra Ramos-Paúl, y tienen varios hijos, descollando también el varón primogénito para suceder a su padre al frente de los negocios familiares. Su mujer, la ya mencionada Concepción de la Lastra Ramos-Paúl, es hija de don José María de la Lastra y Castrillo, marqués de Villahermosa, de la casa de los marqueses de Benamejí (con Grandeza de España) y de doña María de los Ángeles Ramos-Paúl y Dávila. El hijo primogénito y a todas luces futuro sucesor de su padre, Juan March de la Lastra, está casado con doña María Herrero y Pidal, hija de don Ignacio Herrero Álvarez, sexto marqués de Aledo y bisnieto del fundador de la Banca Herrero, Policarpo Herrero Vázquez, antaño poderosa competidora de la banca March en el mundo financiero, y de doña Águeda Pidal y Vives, perteneciente a su vez y por su rama paterna a la casa de los marqueses de Villaviciosa de Asturias. Así pues, todo parece atado y bien atado para la siguiente generación, la del pleno siglo XXI.


El imperio económico de la familia March se sustenta básicamente en una compañía, la Corporación Financiciera Alba, que cotiza en estos días sobre los 2.300 millones de euros de valor (sostenida sobre sus participaciones en ACS (23%, valoradas en 2.500 millones de €), Acerinox (23%, 750 millones), Prosegur (10%, 200 millones), Clínicas Baviera (18%, 25 millones), Antevenio (20%, 6 millones) o Mecalux (20%, valorados en 100 millones)) más la guinda histórica de la Banca March, completamente familiar y saneada. Han de sumarse las múltiples propiedades mobiliarias, inmobiliarias y artísticas de la familia (se estiman en torno a los 500 millones de euros, incluyendo Sa Vall, la finca más extensa de la isla de Mallorca (unas 3.500 hectáreas), y numerosos palacetes. Forman parte, por derecho propio, del reducidísimo grupo de familias imprescindibles de este país.

jueves, 25 de febrero de 2010

Familia Botín-Sanz de Sautuola.

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Del primero de los Botín que hay constancia cierta es de don José María Botín y Cano, médico (otras fuentes especifican que no era médico sino veterinario) de la Real Armada y del Tercio de la Marina de la ciudad de Santander, con posibles pruebas de nobleza o hidalguía debido a que en aquellos años la organización socio-estatal española se basaba todavía en la división estamental de la población, quedando algunos cargos y dignidades reservados para el estado noble (como creo que sucedía para los médicos de la marina española). Según algunas fuentes este José María Botín y Cano era hijo de Rafael Botín Casares y de María Micaela Cano, naturales de Cádiz ambos, nieto de Fernando Botín de la Vega y de María Casares, de nacimiento desconocido, y bisnieto de Juan Botín Correa (que debió de nacer en el primer tercio del siglo XVIII). No obstante, la supuesta ascendencia de don José María Botín es dudosa y debe ponerse en cuarentena. Este señor debió de nacer en 1795 (otros señalan 1798), en la cudad de Cádiz (otros dicen Puerto Real), parece que enfermó de tisis desempeñando su oficio y decidió establecerse en la localidad cántabra en 1828 para su mejor curación. Gracias a sus notables conocimientos médicos ayudó a la ciudad a minimizar los daños de la peste de cólera que se declaró en 1834. Gracias a ello, se ganó merecida fama como prohombre de la ciudad, e hizo un ventajoso matrimonio con doña Petra de Aguirre y Laurencín, hija del bilbaíno Juan de Aguirre y Leguina, de la Casa solar de Aguirre en Arrigorriaga (Vizcaya), ligada a la explotación de los entonces importantes Astilleros Reales de Guarnizo, y viuda de sus primeras nupcias don José Ramón López-Dóriga y Vial, hombre de la Casa Rotschild en Santander y destacado comerciante de aquella Santander. Su hijo Antonio López-Doriga y Aguirre seguiría los pasos profesionales de su padre, siendo uno de los seis socios fundadores del Banco de Santander. De esta manera, el fundador de la saga, el médico naval José María Botín, entraría por la puerta grande en la burguesía mercantil santanderina.


De José María Botín y Petra Aguirre nacieron varios hijos; Emilio, Rafael, Matilde, Margarita y Ana. Rafael Botín Aguirre fue el primer Botín en desempeñar un alto cargo en el entonces emergente Banco de Santander, como Director General en 1895. Su hermano Emilio decantó sus esfuerzos hacía los negocios de la aun difusa industria eléctrica española, siendo elegido también consejero del Banco de Santander en 1901. Emilio Botín Aguirre casó con Elena López de la Sota, sobrina carnal del I conde pontificio de Sota y Lastra, y, según algunas fuentes más o menos fiables, hija del II conde de Campogiro (y posible maestrante de Ronda) don Juan López del Hoyo y del Campo, quien heredara de su tío el I conde de Campogiro don Francisco Antonio del Campo y Alonso de la Sierra (¿?) el título nobiliario. Este I conde de Campo Giro fue un destacado "harinócrata" cántabro, hijo de un modesto cantero y pequeño labrador, poderoso miembro de la pujante neonobleza santanderina nacida al calor del desarrollo de la actividad portuaria, que murió sin descendencia.


Fruto del matrimonio entre Emilio Botín Aguirre y Elena López de la Sota nacieron José (teniente coronel del Estado Mayor), Emilio (presidente del Banco de Santander en 1909 por primera vez (volvió a desempeñar el mismo cargo en años posteriores). Entonces tenía la familia Botín alrededor del 1% del capital social del banco), Elena y Elvira Botín y López. Emilio Botín López casó con María Justina Sanz de Sautuola y Escalante, quien en 1879, siendo niña de ocho años, avisó a su padre Marcelino Sanz de Sautuola (algunas fuentes citan el primer apellido bajo la forma "Sainz de Sautuola") y de la Pedrueca que en la Cueva de Juan Montero había animales pintados. Hoy esa cueva se llama de Altamira y es conocida como "la capilla sixtina del arte paleolítico". Los Sanz de Sautuola procedían de una familia de hidalgos montañeses propietarios del mayorazgo establecido en Puente San Miguel (con más de 300 años en la familia Sanz de Sautuola, y en cuya casona se aprecian talladas en piedra las armas heráldicas de los Sanz de Sautuola y de los Ortiz de Taranco, apellidos que detentaban los ascendientes del descubridor de la Cueva de Altamira) reconvertidos, en la figura de don Marcelino, licenciado en Derecho por Valladolid y destacado miembro activo económico-cultural de la capital cántabra, en agentes activos de la emergente burguesía comercial santanderina. Marcelino Sanz de Sautuola y de la Pedrueca casó con Concepción de Escalante y Prieto. De este matrimonio de Emilio Botín López con Mª Sanz de Sautuola y Escalante nacieron varios hijos; los dos hermanos varones Emilio (primer presidente ordinario del Banco de Santander (hasta entonces la presidencia se turnaba anualmente)) y Marcelino Botín-Sanz de Sautuola y López (la familia Botín unió estos dos apellidos), creador de la poderosa Fundación Marcelino Botín, que casó con María del Carmen Yllera Camino, con quien no tuvo descendencia, y Elena Botín-Sanz de Sautuola y López, casada con Manuel García Noreña, padres de, entre otros, doña Elena García Botín, la ex-diputada nacional del Partido Popular por Cantabria y de Emilio García Botín, divorciado de María de los Ángeles de Rato y Figaredo, hermana de don Rodrigo de Rato y Figaredo, ex-diputado nacional del Partido Popular, ex-ministro español de Economía del gobierno de don José María Aznar, ex-presidente del Fondo Monetario Internacional y hoy presidente de Caja Madrid.


Emilio Botín-Sanz de Sautuola López casó con Ana García de los Ríos y Caller (una curiosidad; el actual presidente del Banco de Santander y el escritor y académico de la lengua Álvaro Pombo García de los Ríos son primos carnales), hija ésta de don Gonzalo García de los Ríos y de la Pedraja, otro prohombre que supongo de la pequeña nobleza cántabra convertida en agitada burguesía comercial, y de doña Carolina Caller de Donesteve. Por el apellido De la Pedraja don Emilio Botín-S. de Sautuola es sobrino bisnieto de don José Antonio Cedrún de la Pedraja, ilustre abogado santanderino, diputado a Cortes por Cáceres e íntimo amigo del ya citado Marcelino Sanz de Sautuola y del gran intelectual católico santanderino del mismo nombre que el anterior Marcelino Menéndez y Pelayo. Fruto del matrimonio de don Emilio y de doña Ana nacieron Emilio (actual presidente del Grupo Santander) y Jaime (ex-presidente de Bankinter y su mayor accionista) Botín-S. de Sautuola y García de los Ríos. El segundo de los hijos de este matrimonio, Jaime Botín-S. de Sautuola y García de los Ríos, casó con Belén Naveda Agüero, de indudable origen cántabro, con la que tiene descendencia.


Emilio Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos casó con Paloma O´Shea Artíñano, primera marquesa de O´Shea (2008) por concesión de Juan Carlos I en atención a su destacada actividad a favor la promoción de la cultura musical en España (no en vano, doña Paloma es fundadora y directora de la Escuela Superior de Musica Reina Sofia, mecenas del Concurso Internacional de Piano de Santander y una destacada pianista), hija de José O´Shea Sebastián de Erice, ingeniero de minas de Altos Hornos de Vizcaya, y de Asunción Artiñano Luzarraga. Don José O´Shea Sebastián de Erice pertenece a la antigua Casa nobiliaria irlandesa de los O´Shee, establecidos desde antiguo en Limerick y Kilkenny hasta que William O´Shea, descendiente directo de Sir Richard O´Shea de Kilkenny (muerto en 1608), y que llegan a España a principios del XIX. William O´Shea se establece en Málaga como ingeniero de minas, y su hijo Henry, que actuó en la Guerra de Independencia española como Comisario Intendente de Guerra del ejército aliado británico comandado por el también irlandés I duque de Wellington, se establece por su parte en Valencia. Allí desarrolla negocios de importación y exportación, principalmente con el mercado británico, y en 1824 funda junto a otros socios extranjeros (en su mayor parte británicos) la Sociedad General Crédito Mobiliario Español, bajo la tutela de la poderosa banca inglesa Baring & Hermanos, germen del futuro Banesto. Para no extendernos demasiado, porque además la familia O´Shea será protagonista de una futura entrada, dejar constancia de la vieja y larga relación familiar de la familia de Paloma O´Shea, I marquesa de O´Shea, con el mundo financiero en el que su marido es una de las figuras internacionales más destacadas. Mencionar también que el abuelo materno de doña Paloma O´Shea, don Gervasio de Artíñano y Galdácano, fue una personalidad destacada del País Vasco de su tiempo. Catedrático de Ingeniería Industrial, diputado por Álava en 1919 en la candidatuta católica y académico de la Real de la Historia. Tuvo varios hijos de su mujer Flora Luzárraga y Urrutia.


El matrimonio formado por Emilio Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos y doña Paloma O´Shea Artiñano ha tenido seis hijos; Ana Patricia (presidente de Banesto), Carmen, Emilio, Francisco Javier Botín-Sanz de Sautuola y O´Shea. De todos éstos, quien apunta a convertirse en el principal protagonista de la próxima generación Botín es la primogénita Ana Patricia. Actualmente al frente de Banesto, una de las históricas entidades financieras de España, como su presidente, y reputada ejecutiva financiera, Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola y O´Shea está casada con don Guillermo Morenés y Mariátegui, hijo del II marqués de Borghetto, de la familia Morenés oriunda de la comarca tarraconense del Vendrell, de la casa de los barones de las Cuatro Torres y condes del Asalto (con Grandeza de España). Fruto de este matrimonio han nacido tres hijos.


A la familia Botín, una de las mayores fortunas del país, se le supone un patrimonio cercano a los 2.000 millones de euros, representado principalmente por las acciones en propiedad de la familia en el Grupo Santander (sumando las acciones de los hermanos Emilio (0,7%) y Jaime Botín-Sanz de Sautuola García de los Ríos (0,1%), las acciones de sus propios hijos y las acciones propiedad de la Fundación Marcelino Botín (0,75%), presidida por el propio Emilio Botín-Sanz de Sautuola, presidente del Patronato que dirige la institución, la familia ronda el 2% del Grupo Santander), las extensas propiedades agrarias (destacando la finca de caza El Castaño, con cerca de 5.000 hectáreas en Ciudad Real, cuyo dueño es el patriarca don Emilio) y las numerosas propiedades inmobiliarias y artísticas de la familia.