Carmen Delgado Roses,
hoy ya fallecida.
Los March (pronúnciese Marc en castellano) son una saga familiar imprescindible para el conocimiento profundo del siglo XX español. Venidos de una pequeña población mallorquina y de una familia de la pequeña burguesía rural o agraria balear, acabaron siendo parte fundamental de la historia semipública española y, aún a día de hoy, la familia March es uno de los cuatro o cinco patrimonios económicos más importantes del reino.
La saga se inicia con la figura de Juan (Joan) March Estelrich, l´amo en verga, que así se le conocía en su Mallorca natal, nacido a principios de 1855 en Santa Margarita (Santa Margalida en mallorquino-catalán), localidad en la que, según algunas fuentes, los March se establecieron en el siglo XVII en busca de mejores tierras provenientes de la más septentrional población mallorquina de Pollença. Juan March Estelrich se dedicó a negocios agrícolas y al comercio y trato del ganado porcino, si es que no son lo mismo. Casó en 1876 con Maciana Ordinas Pastor. Tuvieron dos hijos, Rosa y Juan. Este Juan, nacido en 1880, sería el fundador del imperio March y, después del general y dictador Francisco Franco, el hombre más importante de España a mediados del siglo XX. De Maciana Ordinas Pastor no conozco más referencias que las de su matrimonio, con lo que suponemos que pertenecía a una familia de extracción humilde de la misma zona donde nació y vivía su marido.
Productode ese matrimonio nació en 1882 Juan March Ordinas. Conocido como "el último pirata del Mediterráneo (al parecer, el apelativo se lo puso el político regionalista catalán Francesc Cambó)", diestro en el manejo del contrabando de tabaco, de alcohol, de armas y de loque se terciara, casó con Leonor Servera Melis (27-10-1887), hija de Bartolomé (Bartomeu) Servera Gili, próspero comerciante de artesanía que acabó desplegando su actividad en el sector de la banca (sería el mayor accionista del Banco Popular de Manacor) y en la política, convirtiéndose en uno de los cabecillas del conservadurismo político de la comarca manacorí. No he podido averiguar el nombre de la madre de Leonor Servera Melis.
Juan March Ordinas fue uno de los hombres más polémicos de su tiempo. Obsesionado con el poder y el dinero desde muy joven, amasó a lo largo de su dilatada vida una de las mayores fortunas del mundo. Hijo como ya hemos visto de un tratante de ganado porcino (oficio poco acorde con un supuesto origen judaico que algunas fuentes achacan a la familia March), se cree que hizo su primer dinero comerciando con dicho ganado y comprando tierras con el dinero adquirido, especialmente en Mallorca, La Mancha y Alicante, que posteriormente parceló y vendió a agricultores de la zona por un precio sensiblemente mayor. Posteriormente entró en el negocio, si puede así decirse, del contrabando al por mayor, especialmente de tabaco. En 1911 consigue el monopolio de la compra-venta de tabaco en todo Marruecos. En 1913 funda una factoría de abonos químicos en Porto Pi (Palma de Mallorca), germen de la futura CAMPSA. En 1916 funda la Compañía Trasatlántica, que también consigue otro monopolio, el del comercio marítimo entre España, las islas Baleares y el norte de África. Es entonces cuando se piensa lo de la política y decide invertir en periódicos que le faciliten la elección enel tradicionalfeudo del ex-presidente del gobierno y opositor suyo Antonio Maura Montaner. En abril de 1923 consigue March Ordinas un escaño de diputado a cortes por Mallorca en las filas de la Izquierda Liberal de don Santiago Alba Bonifaz, probablemente interesado en la inmunidad jurídica que le proporcionaba dicho cargo, y en 1926 funda la Banca March para autofinanciar sus operaciones comerciales sin tener que acudir a entidades externas.
Curioso el caso de March Ordinas, que fue acusado de contrabando durante la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja (se comprobó que hacía negocios proporcionando armamento a los rebeldes rifeños comandados por el jefe Abd-el-Krim) y tuvo que ausentarse debido a la gravedad de los delitos de los que se le acusaba. Cuando adviene la II República sucede lo mismo. Las autoridades republicanas le acusan de colaboración con la Dictadura (¿?) y de contrabando y se le detiene, siendo finalmente encarcelado en junio de 1932, escapándose al año siguiente de la cárcel de Alcalá de Henares tras convencer a su carcelero de que se fuera al extranjero con él. Mientras tanto, había conseguido acta de diputado por Mallorca en 1931 y en 1933. Consiguió, pues deseaba volver a España de su exilio exterior, que su hijo mayor Juan March Servera saliera como diputado nacional por la derecha en las elecciones generales de febrero de 1936, y fue uno de los principales artífices del Golpe de Estado del 18 de julio, consiguiéndole transporte aéreo (el famoso avión inglés Dragon Rapide, negociado en Londres con el dinero de Juan March por mediación de Juan Ignacio Luca de Tena y García de Torres, II marqués de Luca de Tena, director y propietario del diario monárquico conservador ABC, y de su corresponsal en Londres, el malagueño don Luis Bolín Bidwell) que trasladó al general Francisco Franco de Canarias a Tetuán, donde tomó el mando de las fuerzas militares españolas destinadas en el protectorado español de Marruecos. Según algunas fuentes, March Ordinas puso a disposición de los militares rebeldes 600 millones de pesetas (un auténtica fortuna de varios miles de millones de euros si fueran convertidos al día de hoy), aunque la cifra me parece demasiado alta.
Con el éxito del bando alzado y el encumbramiento de la jefatura de Estado del general Franco, Juan March Ordinas olvida sus problemas legales del pasado y se convierte, de forma oficiosa, en el banquero de Franco. Consolida sus negocios, adquiere en 1951 la compañía Barcelona Traction (fue declarada en sospechosa quiebra en 1948), la mayor empresa hidroeléctrica de la península, a precio de saldo (se calcula que pagó entre un 1 y un 5% de su verdadero valor) integrándose en la compañía energética FECSA y haciendo uno de sus mayores negocios. En 1955 funda la prestigiosa Fundación Juan March, situada en Madrid, a la que dota en vida y testamentariamente con cuantiosos fondos. Murió en 1962 en un accidente de coche. Cuando murió, dejó una fortuna de varios miles de millones de pesetas y que estaba considerada como una de las diez más importantes del mundo. De su matrimonio con Leonor Servera Melis nacieron los hermanos Juan y Bartolomé March Servera.
Juan March Servera nació en Santa Margarita en 1906. Se casó en 1934 con Carmen Delgado Roses, hija del capitán de fragata Juan Delgado Otaolarruchi, natural de Sanlúcar de Barrameda (muchas fuentes aseguran que el citado Juan Delgado Otaolarruchi en realidad trabajaba en las factorias de Porto Pi propiedad de March Ordinas), y de doña Antonia Roses Siragusa, natural de Arecibo (Puerto Rico), aunque por su familia paterna procedía de la mallorquina localidad de Soller. Juan March Servera sucedió a su padre tras la muerte de éste al frente del Grupo March, aunque en el testamento paterno gran parte del patrimonio se adjudicaba directamente a los dos hijos varones de éste, Juan y Carlos March Delgado. Juan March Servera tuvo cuatro hijos en total con su mujer: los ya citados Juan y Carlos, y dos hembras, Leonor y Gloria March Delgado. Juan March Servera murió en 1973. Carmen Delgado Roses murió 25 años después de su marido, en 2008.
El otro hijo del fundador del imperio económico, Bartolomé March Servera, nació en 1917. Contrajo matrimonio con doña Mª de los Desamparados Cencillo González-Campo, IV condesa de Pernia, hija del III conde don Manuel Cencillo "de Pineda" y Briones, condado rehabilitado en 1950 por el propio don Manuel (se desconoce y se desconfía del parentesco y derecho de don Manuel Cencillo sobre dicho título nobiliario), e hija de doña María González-Campo y de Cos. Don Manuel Cencillo trabajó en la dirección de la Compañía Transmediterránea, propiedad de su consuegro March Ordinas (caso similar al del suegro de su hermano Juan). Este matrimonio tuvo cuatro hijos: Juan, Manuel, María y Leonor. Bartolomé March Servera murió en 1998, no sin antes fundar la también prestigiosa Fundación Bartolomé March, radicada en Palma de Mallorca. Bartolomé March Servera heredó de su padre únicamente el 16,66% del patrimonio resultante, que le correspondía en conceptode legítima estricta, con lo que cabe deducir que el peso de las dos ramas March dentro del grupo empresarial familiar es muy distinto.
Los actuales cabezas del clan March son Juan y Carlos March Delgado. Juan March Delgado es copresidente de Corporación Financiera Alba, buque insignia económico de la familia, y presidente de la Fundación Juan March. Nació en Palma de Mallorca en 1940, está casado con María Antonia Juan Garau, mallorquina de pura cepa, hija de burgueses del textil establecidos en la capital mallorquina. Tienen cinco hijos. Uno de ellas, Leonor March Juan, casó con el prestigioso cineasta barcelonés Jaime Rosales Fontcuberta. Otro, el mayor de los varones, Juan March Juan, se prepara para sustituir a su padre cuando la familia lo necesite.
El otro miembro de la diarquía que comanda los intereses del Grupo March es Carlos March Delgado, nacido también en Palma pero cinco años después de su hermano mayor. Está casado con la aristócrata sevillana Concepción de la Lastra Ramos-Paúl, y tienen varios hijos, descollando también el varón primogénito para suceder a su padre al frente de los negocios familiares. Su mujer, la ya mencionada Concepción de la Lastra Ramos-Paúl, es hija de don José María de la Lastra y Castrillo, marqués de Villahermosa, de la casa de los marqueses de Benamejí (con Grandeza de España) y de doña María de los Ángeles Ramos-Paúl y Dávila. El hijo primogénito y a todas luces futuro sucesor de su padre, Juan March de la Lastra, está casado con doña María Herrero y Pidal, hija de don Ignacio Herrero Álvarez, sexto marqués de Aledo y bisnieto del fundador de la Banca Herrero, Policarpo Herrero Vázquez, antaño poderosa competidora de la banca March en el mundo financiero, y de doña Águeda Pidal y Vives, perteneciente a su vez y por su rama paterna a la casa de los marqueses de Villaviciosa de Asturias. Así pues, todo parece atado y bien atado para la siguiente generación, la del pleno siglo XXI.
El imperio económico de la familia March se sustenta básicamente en una compañía, la Corporación Financiciera Alba, que cotiza en estos días sobre los 2.300 millones de euros de valor (sostenida sobre sus participaciones en ACS (23%, valoradas en 2.500 millones de €), Acerinox (23%, 750 millones), Prosegur (10%, 200 millones), Clínicas Baviera (18%, 25 millones), Antevenio (20%, 6 millones) o Mecalux (20%, valorados en 100 millones)) más la guinda histórica de la Banca March, completamente familiar y saneada. Han de sumarse las múltiples propiedades mobiliarias, inmobiliarias y artísticas de la familia (se estiman en torno a los 500 millones de euros, incluyendo Sa Vall, la finca más extensa de la isla de Mallorca (unas 3.500 hectáreas), y numerosos palacetes. Forman parte, por derecho propio, del reducidísimo grupo de familias imprescindibles de este país.